"Hoy empiezo la dieta sin falta", "bueno ahora sí, ya mañana lo prometo", "pero es que hoy fue festejo, mañana, ahora sí inició a comer saludable". Estos pretextos y muchos más son los que nos invaden al momento de querer iniciar una dieta, y es una realidad, pero en el fondo sabemos que es lo mejor y debemos hacerlo tarde o temprano, no solo para vernos saludables, sino también para sentirnos saludables.
Ahora que hemos establecido esto, como siempre, en este espacio queremos avanzar juntas para que de la mano iniciemos esa dieta que tanto hemos postergado. Así que si también estás lista para cambiar tu vida, únete a nosotras, y veamos cómo comenzar una dieta y no morir en el intento:
1.- Objetivos claros: seamos sinceras, a veces sabemos que nuestras expectativas son un tanto absurdas, como cuando pensamos que podemos bajar 5 kilos en una semana para entrar en ese vestido para ir a una fiesta. Bueno, eso no suena muy realista, ¿verdad? Lo mejor es mantener la calma; si nos enfocamos en una alimentación balanceada, proporcionando a nuestro cuerpo los nutrientes que necesita y evitando lo que no, los resultados llegarán tarde o temprano. Solo necesitamos ser consistentes.
2.- Planificación de comidas: la planificación es fundamental para alcanzar cualquier meta que nos propongamos, y una dieta no es la excepción. Antes de comenzar, unas semanas previas, debemos planificar todos los aspectos: desde los desayunos hasta la cena, qué comprar y qué dejar de comprar, crear menús sabrosos pero nutritivos, y muchas otras cosas más. Este paso es crucial para el éxito a largo plazo.
3.- “No, no quiero”: esta frase, es tan corta, tan sencilla y muchas veces se nos complica decirla, ¿verdad? A menudo, somos nosotras mismas quienes nos saboteamos al encontrar excusas para evitar lo que queremos o debemos hacer. Es esencial aprender a decir que NO, pero también a tomar decisiones conscientes sobre nuestra alimentación, basadas en conocimiento y no en hábitos automáticos, sin ceder a las presiones del entorno o las circunstancias.
4.- Un carrito del supermercado bien hecho: mencionamos esto anteriormente, pero su importancia es tan grande que merece ser resaltada nuevamente. Cuando vamos al supermercado, es común que se nos antoje un heladito, unas papitas o un panecito; sin embargo, es crucial ejercer control y comprar únicamente aquellos productos que están en nuestra lista para mantener nuestra dieta. Si eliminamos la tentación de casa, será mucho más fácil resistir.
5.- Pequeños cambios que valen mucho: lo óptimo para nuestra salud es adoptar gradualmente nuevos hábitos, lo que minimizará el estrés y la ansiedad asociados con los cambios repentinos. En lugar de hacer una transición radical hacia una dieta de verduras y pollo de la noche a la mañana, es preferible realizar ajustes de manera progresiva para acostumbrarnos a nuestro nuevo estilo de vida.
6.- Alimentos frescos: sin duda, es una de las claves fundamentales para mantener una dieta saludable. Priorizar los productos frescos sobre los procesados es esencial; especialmente importante es aumentar el consumo de frutas y verduras.
7.- Comenzar a cocinar más seguido: otro obstáculo común que lleva al fracaso en las dietas es la pereza de cocinar, lo que lleva a muchas personas a optar por alimentos poco saludables y cargados de calorías al comprar fuera. Si queremos tener éxito, debemos empezar a apreciar la cocina; podemos preparar nuestras comidas los fines de semana y almacenarlas en recipientes para mayor conveniencia, o experimentar con nuevas recetas y disfrutar del proceso. Sí, llevará tiempo y esfuerzo, pero los resultados valdrán la pena. ¡Todas necesitamos sentirnos como diosas con un cuerpo sano y en forma!
8.- Dieta adaptada a nuestras necesidades: cada persona es única y tiene necesidades distintas, por lo que al buscar un plan de adelgazamiento es importante desechar las dietas milagro y buscar la orientación de especialistas en nutrición. Ellos nos guiarán y asesorarán en la elección de la dieta ideal para nuestras necesidades individuales. Como hemos mencionado, este proceso puede llevar más tiempo, pero nada que valga la pena es fácil.
9.- Escuchar a nuestro cuerpo: aprender a reconocer las señales que nuestro cuerpo nos envía es fundamental en cualquier proceso de cambio de alimentación. Muchas veces, comemos por aburrimiento, estrés o simplemente porque es hora de comer, sin prestar atención a si realmente tenemos hambre o si estamos satisfechas.
10.- El poder de la unión: a menudo, fracasamos en nuestras dietas al ver a nuestros hijos disfrutar de papitas o a nuestro marido deleitándose con una hamburguesa jumbo. Una solución efectiva es comenzar juntos un estilo de vida saludable, para evitar que ninguno fracase; esto no implica eliminar por completo las salidas a parrilladas o las pizzas en familia, pero sí disfrutar de estos placeres con moderación. La comida chatarra debe ser un gusto ocasional, no una prioridad en nuestras vidas.
¿Facilito verdad? Broma, sabemos que no va a ser fácil cambiar nuestro estilo de vida, pero el mejor día para hacerlo es hoy, no mañana, no en dos semanas, hoy. Transformemos nuestros hábitos para experimentar una mejora en nuestro bienestar físico y emocional; una vez que sean claros los resultados, será imposible regresar a nuestros antiguos malos hábitos.